...recuerdos de aquel niño que leía los libros de Gil Pérez en el viejo sillón de La Vega, aquellos recortes amarillos en el armario, aquellas tardes en la fría piedra del estadio, aquellos sueños, pensamientos y deseos que tuve desde aquella grada que fue mía, DESDE MI GRADA VIEJA...

lunes, 30 de diciembre de 2013

Yo "debuté" en el 82

"Tras subirse las medias y meterse la camiseta lentamente dentro del pantalón; nervioso,  se agachó y anudó cuidadosamente aquellas botas Cejudo a sus pies.
Respiró hondo, miró hacia arriba, y entre pequeños saltos, esperó la señal para salir al luminoso terreno y lucir por primera vez el uniforme completo de la Unión Deportiva Salamanca con el número 7 a su espalda..."

Corría el verano de 1982 y aquella escena no tuvo lugar ni en el estadio Helmántico, ni en ninguno de los túneles de vestuarios del resto de los campos, que en aquella época, otros diecisiete equipos compartían con la UDS en primera división.

En el final del pasillo, tras la cortina de lona que hacía de protección para el intenso sol que entraba desde el patio; un niño de 5 años, con aquel ritual, imaginaba una y otra vez que salía a algún inmaculado terreno de juego vistiendo el uniforme completo de la Unión Deportiva Salamanca que le regalaron aquel verano; para, tocando el suelo suavemente con sus dedos después de salir tras la tela, saludar con los brazos en alto al gentío, que tanto a él como a sus diez compañeros ovacionaba desde las repletas tribunas sin descanso.

Aquel estrecho pasillo, no era pues un túnel; y aquella cortina, nada tenía que ver con las cubiertas que protegían la salida desde los vestuarios; tampoco tras ella había césped, pues sólo esperaba el gris cemento de un patio interior; ni por supuesto en las gradas esperaban espectadores, eran sólo poblados rosales y un enorme árbol frutal en el centro del patio los que únicamente lo contemplaban…

Pero no importaba… Allí fue, en la pequeña casa de mi abuela, en la calle Churruca del salmantino Barrio de la Vega, donde aquel niño, el mismo que hoy escribe, se imaginó jugador de la UDS por primera vez en su vida; bajo aquel uniforme nuevo y su número siete, saliendo tras aquella cortina azul, para pararla, conducirla y triangular tantas y tantas veces con las paredes, como si fueran Corchado, Tomé o Brizzola quienes le devolvieran la pelota.

Mi unionismo debutó en aquella casa hace ahora 30 años…por supuesto, nunca llegué a jugar en la Unión; me conformé únicamente con desearlo desde crío y nutrí mi amor y fidelidad a esos colores desde aquellos tiempos, con la pasión por su historia y las alegrías y tristezas compartidas junto a mi padre en aquella grada vieja de cemento gris del estadio Helmántico, siendo socios juntos, desde entonces, hasta este final en el año 2013.

Así, en la tristeza de la desaparición de ese “alguien” que convivió conmigo cada semana, cada día, hasta la obsesión a veces…descansa tranquila la idea de que mi unionismo vive y vivirá en mi corazón para siempre…ese corazón blanquinegro que “debutó” en la UDS en aquel patio, en el inicio de los ochenta y que despertaré a partir de ahora cada día con el firme propósito de que se respete y no se olvide su memoria.


(NOTA): Texto escrito por Ángel Martín Fuentes (autor de este Blog) y publicado en Septiembre de 2013 en el libro homenaje a la UDS: MOMENTOS UDS.

Tras la desaparición del club días antes de iniciarse el pasado verano, fueron muchos los "guiños" a la historia de la UDS que muchos medios de comunicación escritos hicieron en forma de textos, entrevistas e imágenes para reforzar ese amargo sentimiento de grandeza que habíamos perdido...pero entre todas las iniciativas, hubo una que yo destacaría especialmente; madurada por Roberto Benito fue esa de publicar un libro de "momentos", de recuerdos... en el que tenía la misma importancia lo contado por un ex-jugador, ex-entrenador o cualquier miembro relevante del pasado unionista; que lo que pudiese contar un simple aficionado, como éramos muchos de nosotros.

Y así, bajo la humilde piel de un socio más como era, envié este texto... nacido de aquel mi primer recuerdo en blanquinegro y titulado -Yo "debuté" en el 82-, que publicado; sé que descansará para siempre, en ese magnífico libro coordinado por el periodista Roberto Benito y editado en beneficio de la Asociación de padres, familiares y amigos de niños oncológicos de Castilla y León (PYFANO), junto con otros muchos recuerdos-momentos unionistas hasta la eternidad.

A la venta desde Septiembre; si no lo teneís, os invito a comprarlo:



sábado, 21 de diciembre de 2013

Remontada en el estreno televisivo de Vallecas


Cuando uno echa la vista atrás intentando enumerar partidos de la Unión de esos bien llamados “locos”; en los que el devenir de un encuentro se resuelve en los últimos minutos, envuelto en ese aroma de sorpresa inimaginable cinco minutos antes; no tengo duda de que cada uno de nosotros rescataríamos bastantes enfrentamientos.
Si en cambio, filtráramos el resultado con aquellos que fueron televisados en directo en canales en abierto para toda España; la cifra se reduciría, seguro, considerablemente.
Así; saldrían sin dificultad imágenes de aquellos tan mitificados todavía por su cercanía en el tiempo como el del Barça (4-3) por Antena 3 o el del Atlético (5-4) del 98 por La 2; o más recientemente aquel 5-4 al Elche en Marca TV del 2011; todos ellos en el estadio Helmántico.

Pero desde que la TV en directo llegó al tapiz salmantino por primera vez en aquel UDS – Athletic de Octubre del 74 que supuso el estreno bajo los focos de nuestro recinto, hasta el último partido televisado de nuestra historia frente al R.Madrid "C" en 2013; fueron algunos más los que envolvieron de emoción con final feliz los minutos finales de un encuentro de la Unión a través de las cámaras.

Hay por supuesto más; pero hoy me detengo en el del 19 de Febrero de 1978.
Superado el punto de inflexión de la primera vuelta de la temporada 77-78, la Unión visitaba en su condición de equipo revelación desde el 6º puesto de la tabla a un debutante en 1ª como era el Rayo Vallecano, 3º en aquel momento, y que en aquella campaña se había apoderado del sobrenombre de “matagigantes” al lograr derrotar en el mítico campo madrileño hasta esa fecha, al R.Madrid, Sporting, Atlético, Valencia, Athletic…etc; manteniéndose invicto en casa todavía; y recibiendo en aquel Febrero a las cámaras de televisión por primera vez en su historia en las tribunas del Estadio de la calle del Payaso Fofó.


La Unión con la baja de D’Alessandro en la portería todavía reciente; venía de empatar a cero en el Bernabéu (ver ENTRADA) y ganar al Burgos y al Elche en casa; manifestándose en las previas informativas de los distintos medios el deseo de ver un interesante encuentro entre “gallitos”.


A las 20:00 de aquel 19 de Febrero; en una noche fría y con lluvia ligera e intermitente que progresivamente dificultó el juego; el árbitro catalán D.Miguel Pérez; dirigió a los siguientes onces: Por la UDS vistieron de rojo y azul; Antonio, Enrique, Rezza, Corominas, Albadalejo, Tomé, Alves, Ángel, Juanito, Amiano y Carlos Báez; y por el Rayo los pupilos de Héctor Núñez lucieron con dos exunionistas en sus filas, con: Alcázar, Anero, Tanco, Uceda, Nieto, Landáburu, Fermín, Guzmán, Rial, González y Alvarito.

Fue un partido raro, cuentan, de esos que como dice el tópico “tiene dos partes”, y que tras un cero a cero al descanso fruto de una contención unionista admirable y varias destacables intervenciones de un Antonio que por aquel tiempo ya empezaba ligeramente a hacer “olvidar” a D’Alessandro bajo los palos...entró en un frenesí de goles rayistas y postes unionistas que hizo alcanzar el minuto 78 con 3-1 a favor del equipo de la capital.


Imagen (al igual que la que encabeza el texto) del 1-0 anotado aquella noche por el Rayo Vallecano en el minuto 2 de la segunda parte; obra del argentino González tras disparo cruzado ante la mirada de su compañero Rial y los unionistas Corominas, Albadalejo y Ángel de los Santos. En la espectacular imagen a color inicial del mismo tanto; también en un segundo plano Rezza y Alves siguen la jugada en la distancia.

Doble imagen que muestra dos instantes del 2-0 anotado por el Rayo Vallecano, obra de Alvarito. Potente disparo de González en el minuto 57 de partido que es rechazado por Antonio ante la mirada de Enrique y empujado posteriormente por Alvarito al fondo de la red al anticiparse a la defensa salmantina.

Imagen del tercer gol rayista; jugada por banda izquierda entre Gúzman y el ex-unionista Rial; que acaba con un potente disparo de este que bate a Antonio; era el minuto 77, suponía el 3-1.

Aquel minuto 78 fue clave; pues tras una dura entrada de Landáburu a Alves, cuando el partido casi dormía...el palentino fue expulsado...y a la Unión, junto a ese empeño de aquel mítico equipo; que presume de ser el mejor de nuestra historia y que nunca entregaba los partidos en ese espíritu tan "José Luis García Traid"; le sonrió la suerte...


Tanco, en un malentendido se anota un auto-gol en una lamentable cesión a su portero en el 87 y sobre la bocina; Roberto Cino que había sustituido a Juanito lesionado en la primera mitad; aprovechó una asistencia de Tomé para batir por bajo la meta rayista en el último suspiro...y colocar un 3-3 inimaginable pocos minutos antes.

Imagen del disparo con el que Roberto Cino (sustituto de Juanito, que a los 10 minutos sufrió una grave lesión de rodilla que le mantuvo dos meses alejado de los terrenos de juego) colocaba el empate a tres definitivo en el marcador aquella noche con las cámaras de TVE en directo.

Recuerdos mágicos; de éxtasis lejanos hoy; con la incredulidad de unos, la alegría de otros, minutos fugaces de emociones encontradas; de aquellas, tantas, que vivimos juntos como unionistas... y que en ocasiones, como aquella noche del 78 en Vallecas, fueron televisadas y vistas por toda España.


FUENTES: AS, Marca, ABC.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Sigo

En el momento en que dejé mi Salamanca en el año 2001; me hubiera sido imposible haber imaginado que tantas cosas pudieran ser hoy tan diferentes doce años después.
Algunas lógicamente justificadas por esa “ley de vida” que envuelve a las generaciones que nos preceden en ese irremediable paso de los años que nos envejecen; otras, por esas famosas circunstancias laborales tan habituales en provincias, que provocan que cada vez sean menos los amigos que reencuentro cada vez que volvemos a casa; pero nunca, nunca, nunca hubiera pensado, que camino de cumplir los treinta y siete; uno pudiera quedarse sin el equipo de fútbol que le desveló tantas noches. Y dejar así; vacío, en mis vueltas a Salamanca, ese cliché; que fue mi pasado en la ciudad en la que viví con mi familia, amigos y mi equipo de fútbol cada día, y que invariable se mantuvo unido al latido en común de todos los míos cada dos semanas, en aquellos, cada vez más lejanos en tiempo y forma, años 80 y 90.

Así, se hace difícil encontrar motivaciones en el presente para seguir siendo con pasión de un equipo que ya no existe, que no juega cada domingo; que no gana, que no sufre, que ni siquiera tiene jugadores que memorizar…se me hace muy difícil romper la sensación de seguir viviendo en un mal sueño; dentro de ese deseo eterno de querer despertar y encontrarme de nuevo en esa Salamanca que disfruté; aquella en la que pensábamos si ir por Ávila o por Sanchidrián en los regresos; en la que Aya abría la puerta cuando llamábamos abajo; en la que jugaba la Unión el Domingo y en la que quedaba con Pablo, Baby, Javi, Víctor y Carmen debajo del reloj, para empezar la noche por Libreros.
Pero no; esos años que recuerdo de mi querida Salamanca y mis veintitantos, no volverán nunca.

Aún así, busco en positivo; y pienso que desde mi marcha, mi seguimiento al club cambió; y pasó del Helmántico, del “in situ”; a ese vivirlo en la distancia que llené desde la radio, TV o más recientemente a través de twitter; y empecé a apoyarme conscientemente en su historia y el coleccionismo de recuerdos, para intentar seguirla y sentirla desde más cerca a pesar de los kilómetros; hasta el punto de obsesionarme y recordar onces que jugaron en los 60 y nunca vi, y dudar sobre la posición concreta de jugadores del presente de esos que sólo veía en mis escasas visitas a la ciudad.
Así, la distancia, con todo lo malo, me ayudó a descubrir una “obsesión” unionista en mí y en su pasado, que hoy todavía mantengo.

Por tanto, a pesar de su ausencia (6 meses se cumplen hoy de la desaparición de la U.D.Salamanca); hay cosas que han cambiado menos de lo que pensaba…no hay un hoy, es cierto, y tampoco habrá un mañana para un club que ya no existe ni existirá nunca más, pero también es más cierto que sigue teniendo un pasado: 90 años, 33.003 días y muchas personas, partidos, vivencias a recordar…

Así que yo sigo, porque me cuesta dejar de coleccionar y rebuscar en ese pasado que tanto amé; porque algo no desaparece, dicen, del todo hasta que se le olvida y porque es de justicia recordar a aquellos que formando parte de una sociedad creada para fomentar el deporte hicieron tan feliz a tantos salmantinos durante tantos años.


Un blog de historia como este, que creció con el objeto de ensalzar el recuerdo de un pasado histórico en el momento más duro de la historia presente del club; no debe tener excusa tras su desaparición para no seguir recordando…y en eso estaré, en eso seguiré; con la pena sangrante aún de lo que el hoy no nos dará ya jamás; pero con el recuerdo de lo que fuimos durante 90 años y que no merecería que Salamanca le volviera a dar la espalda otra vez más; esta vez olvidándolo…


Por mi parte desde hoy, tras seis meses de silencio; la Unión volverá a “jugar” periódicamente en las páginas de este blog; os invito de nuevo a sentaros conmigo en esta GRADA; una grada que sin ella, la siento y sentiré, más VIEJA que nunca…


FOTO: Puerta16